Por:
Juan Manuel Diaz
Tuvieron que pasar 16 años
para que una Selección Colombia pudiera volver a participar en un Mundial de
fútbol. Fueron 3 los mundiales a los que dejamos de asistir y en los que
tuvimos que conformarnos con ver a Brasil, Argentina y demás selecciones
participar. Toda una generación de colombianos hoy ve a su selección por primera
vez en una cita mundialista, y apenas muchos pueden sentir lo que se siente
escuchar el Himno Nacional en un evento como la Copa del Mundo. Y qué decir de
la sensación de poder gritar con el alma un gol en un partido oficial de un
mundial, inexplicable.
Infinidad de jugadores,
miles de convocatorias, y varios directores técnicos pasaron por la Selección
Colombia con la intención de llevarlo nuevamente a un Mundial, muchos de ellos
con más pena que gloria. Hoy todo es distinto, hemos hecho historia gracias a
un señor que se llama José Néstor Pekerman, un hombre de nacionalidad argentina
que alguna vez en su vida trabajó como taxista. Hoy hemos hecho historia
gracias a la genialidad de un jovencito criado en Ibagué y que a sus escasos 22
años se postula como el goleador y mejor jugador del presente Mundial. Nos
hemos destacado gracias a Ospina, a Yepes, a Abel, a Cuadrado, a Jackson, a
Armero, y a todos los jugadores que han dejado todo en la cancha en cada
partido. Hemos dejado en el camino a Grecia, Costa de Marfil, Japón y Uruguay,
a quien eliminamos en octavos de final. Hemos estado en boca de millones de
personas en el mundo y nuestros jugadores hoy son motivo de admiración entre
propios y extraños. Hoy ocupamos el lugar número 1 en el ranking de la FIFA
como la mejor selección y nos damos el lujo de que nuestro arquero suplente,
sea uno de los hombres que participó en Francia 98 nuestro último mundial. Como
si fuera poco, el mismo hace parte de un record, como el hombre más veterano en
jugar un mundial, 43 años y un sinfín de historias que tras camerinos comparte
con los más jóvenes.
Puedo seguir nombrando lo
que representa actualmente ese grupo de ciudadanos colombianos que trabajan
como futbolistas y que se divierten mientras ganan millones. Sin embargo me voy
a quedar con el orgullo de llegar hasta donde hoy hemos llegado. Realmente, que
ganemos o perdamos frente a Brasil, no puede alterar el sentimiento que hoy nos
embarga por lo demostrado hasta aquí, desde ya somos ganadores. Yo espero que
seamos nosotros los que ganemos y que el triunfo ante la anfitriona del torneo
y la pentacampeona del mundo, sea una página más de la historia dorada que ya
hemos cambiado con estar aquí.
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